-extracto del tercer capitulo-
2002
- el año de la playa.
El
año 2002 y tercero de las Incursiones Berberiscas que se celebraron
del 29 al 31 de marzo hubo algunas novedades. La fiesta la formamos
las mismas peñas y con alguna variación los mismos componentes.
La
primera novedad fue que participamos en la divulgación de la fiesta
en la feria de turismo de IFEPA una semana antes, además de tener
presencia en el stand del pueblo hicimos la presentación en un salón
de la feria, un acto sencillo: una breve descripción de la fiesta,
un par de frases de nuestro alcalde, alguna pregunta al presidente de
la asociación de peñas y un brindis deseando buena suerte a los
festeros. Sencillo si, pero que nos emocionó y animó bastante y nos
proporcionó bastante publicidad por las radios y periódicos de los
alrededores de Los Alcázares que estaban presentes.
Este
año no tuvimos que improvisar carpas ya que el Ayuntamiento alquiló
unas pequeñas casetas de madera, lo justo para tener a resguardo
nuestras pertenencias, montar una barra y poner una cámara
frigorífica. Ya no estaba disponible el recinto del cine Rex así
que el campamento se montó en el paseo de la Concha, de ahí el
nombre de “el año de la playa”.
Fue
el segundo año que participamos las peñas por lo que tuvimos
bastante tiempo para documentarnos y llegar a la fecha mucho mejor
preparados. Todas las peñas se fabricaron varios complementos a su
uniforme y para la decoración de las casetas: capas, redes,
artículos de esparto, artesanías de barro y antigüedades varias
fueron llenando espacios para dar un ambiente acorde a nuestra
representación histórica.
Era
el año que entramos en el euro y también hicimos un cartel
indicando la equivalencia entre euros y maravedíes parodiando el
anuncio que ponían en televisión “1€=1114 maravedíes, es
fácil” calculado a ojo de buen cubero y consultando varias
enciclopedias.
El
tiempo no acompañó mucho ese año, aunque las mañanas fueron
soleadas y casi calurosas, un fuerte viento de levante dificultó el
montaje del campamento hasta el
punto que casi inauguramos con los operarios terminando el trabajo de
montaje. A pesar de las dificultades pudimos abrir el campamento a la
hora prevista y el viernes 29 a las once de la mañana con una corta
presentación del Alcalde Juan Escudero arropado por una
representación de las diez peñas con sus estandartes se dio
comienzo a las “III Incursiones Berberiscas en el Mar Menor”
Transcurrió
tranquilo el viernes disfrutando del mercado medieval y las
actividades. Hubo más animación
por parte de los feriantes del mercado y hasta un puesto de tiro con
arco en la playa junto al campamento; magos y malabaristas
itinerantes entretenían con sus actuaciones al público sobre todo a
los más pequeños, piratas malévolos hacían de las suyas entre los
paseantes sacando sonrisas por doquier. Hasta los artesanos del
mercado empezaron a notar que había tirón en el pueblo y tenían
buenas ventas.
En
la madrugada del sábado cuando ya teníamos el campamento cerrado
llovió con intensidad inundando las casetas, no se perdió mucho
pero eso nos puso sobre aviso, con tanta ilusión por la fiesta nadie
había pensado en que la lluvia podía echar al traste todo, así que
a partir de entonces estudiamos las cabañuelas y estamos pendientes
de la meteorología. Pasamos gran
parte del día limpiando y reponiendo lo mojado con mucha ilusión y
sin que el desánimo nos afectara, para ser una fiesta en sus
comienzos ya teníamos
el espíritu
festero que te hace seguir adelante a pesar de los
imprevistos.
Una
novedad importante fue la contratación, por parte del Ayuntamiento,
del grupo de especialistas Legend que organizó el desfile y lo
amenizó con sus actuaciones. Con mucha paciencia por su parte
consiguieron enseñarnos a desfilar con cierto estilo. Volvimos
a tener peñas invitadas del municipio cercano de Torre Pacheco a las
que cedimos el primer puesto de desfile e invitamos a un refrigerio
como agradecimiento a su colaboración.
También
se cambió el recorrido del desfile para
mejorar los fallos del año anterior y buscando un paso más cómodo
para las carrozas y con más espacio para el público;
empezamos igual en la Avenida Carril de las palmeras siguiendo la
Avenida de la Libertad hasta el Ayuntamiento donde estaba la grada de
autoridades e invitados y continuamos por la misma hasta llegar al
campamento por la calle José Fontes.
La
convivencia entre peñas volvió a ser estupenda; ya no intentamos
inventar ninguna bebida exótica, cosa que agradecieron nuestros
estómagos, pero si compartimos manjares caseros elaborados con
cariño, cada peña quería compartir su menú con las demás y doy
fe que estaba todo delicioso. Tanto gustó esta sana intención
improvisada que se repite cada año y se ha convertido en una de las
señas de identidad del espíritu berberisco.
El
año de la playa estuvo muy bien
pero algunos fallos le quitaron esplendor, para empezar el campamento
quedó separado del mercado y muchos visitantes no se enteraron que
estábamos allí y los que se acercaron pensaban que era algo privado
de las peñas justo lo contrario de nuestra intención. Nos sirvió
para comprender que había que trabajar mucho la imagen de las peñas
y en el diseño de la fiesta o se perdería por falta de interés del
público.
Otro
fallo notorio fue que cada peña intentaba amenizar su carpa con la
mejor voluntad y pusimos equipos de música diferentes consiguiendo
más ruido que ambientación. Con las peñas tan cerca unas de otras
hubo momentos que era insufrible, con paciencia y buen humor
alcanzamos un nivel compatible de volumen pero estaba claro que no
funcionaba bien el invento.
Aquí
es donde la recién creada asociación de peñas dio un paso al
frente y comenzamos a hacer un diseño de lo que debía ser el
campamento tanto en la situación de las carpas como en lo que cada
peña podía hacer en su espacio.
Con
bastante consenso entre todos nos comprometimos a cumplir normas
estrictas de vestuario y comportamiento que con el tiempo han dado
sabor propio a nuestra fiesta así como una colaboración más
activa en la organización de los
diferentes actos junto con el Ayuntamiento.
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